UN MURMULLO, UN RONRONEO… CANTARES DE UN SUSURRO ARCANO
(oralidad y vínculo en -la obra reciente de- José Bedia)
Se logra lo mismo sacrificando un elefante que con un vaso de agua y una vela. El secreto o lo que los estudiosos llaman “el sacramento o lo sagrado”, -en verdad- está en el canto que se le ofrenda a esa vela y al agua del vaso.
Octavio Colé
Sacerdote Babalawo
45 años de Ifá
En voz muy bajita, casi como susurrándonos, el artista cubano-americano José Bedia se empeña -desde hace años- en rescatar la oralidad, dejar sus huellas urdiendo un mapa a través de su quehacer visual, fundamentado en el lenguaje pictórico y el dibujístico, un mapa simbólico sobre la trasmisión de saberes oralmente; una constante que ha sido y es, desde siempre, una de las premisas utópicas y metodológicas de su trabajo. Bedia edifica su obra desde una operación de arqueología y restauración de sus estudios antropológicos sobre cómo sobreviven hoy día las “culturas primalistas”, en combinación, con cómo también sobreviven al avance civilizatorio del progreso social como maquinaria homogenizadora, las culturas populares. En ese sentido, el artista es un registrador, un anotador de marcas endémicas que tienden a desaparecer de los estratos que componen nuestras voraces culturas omnívoras. Estas culturas trasatlánticas atravesadas por la africanidad, la españolidad y lo aborigen, en una mezcolanza en perpetua mutación, en un movimiento infinito de autodefinición.