“el espacio es flexible y cambiante, no solo en sus formas sino en sus significados y en sus territorios, transitable, circulable y en consecuencia circunstancial en su juego de apariencias.”
Una conversación en los márgenes, Ángel Padrón.
Mundo y suelo.
Busca por dentro /de/ una geografía hipotética.
En esta fracción I de Mundo y suelo, Ángel Padrón abre líneas temporales, las repliega sobre sí mismas a través de un proceso de síntesis visual como si fueran “metáforas donde se desarrolla la vida”; una vida hipotética dentro de un territorio –también replegado sobre sí– limitado, curvo y flexible. Este estadio I ofrece dos gestos, el primero de ellos, adentrarse en un cúmulo de imágenes que pertenecen a la serie Desde La Reserva (River Deep Mountain High), que comienza hacia 1995 y que juega con la idea del paisaje como espacio de artificio cultural, con imágenes del territorio generadas en la memoria y referencias simbólicas descontextualizadas. Estas obras, producidas a partir de la idea de reserva, son subversivas en sí mismas, parten de la concentración de la mirada del artista y contienen toda la ironía que Padrón expone en su práctica pictórica entendida como un lugar de resistencia y conflicto. Esto es: el paisaje como lugar de explotación, el paisaje como lugar de sublimación o el paisaje como lugar de tránsito desmitificado y des/hesperidezado.
Estas piezas son formas limítrofes, muros de contención para un espacio natural que tiende a ser isla. No hace falta que nos aflija el sentimiento de impaciencia para descubrir qué imágenes tienen lugar en esta constelación de piezas, es mejor abrirse al equívoco, al encuentro, a la posición no neutral, para leerlas desde la propia experiencia del territorio y las múltiples vinculaciones sociales y económicas que establecemos con este. Esto quiere decir, que Desde la Reserva…. es un proceso de descentramiento pictórico que no atiende a la pureza de lo visual porque no quiere remitirse a la esencia, sino que se dirige hacia la noción de rasgo. Esta forma de acercarse a la pintura, en términos deleuzianos, no parte de la esencia que determina la mirada –como algo único–, sino del concepto de rasgo como algo que es compartido de forma colectiva a lo largo del tiempo y de la historia y que deviene en pliegue. Es decir, la pintura se
re/pliega
El segundo gesto de la parte I de Mundo y suelo genera un asentamiento de la mirada en un espacio azul, un lugar simbólico y sintético de observación del mundo: islas, montañas, carreteras, luces, azotea. Una naturaleza azul que atiende a una representación más anclada a la realidad de una topografía de isla. Una naturaleza azul que se sabe a sí misma edificio cultural. Una naturaleza azul reconocible y no. Una naturaleza azul que /se/ pliega y repliega a través de distintas décadas. Una naturaleza azul que es construcción de las cosas. Una naturaleza azul que no es absoluta, pero que es todas las imágenes del mundo. Una geografía hipotética, una curva, un recodo de carretera que asciende la montaña.
Montaña que se dobla Isla que se pliega
Territorio que se busca por dentro de sus agujeros.
Mundo Suelo
Dalia de la Rosa
Abril, 2023
Inauguración
Junio 2023