Los trabajos de Manuel Mendive (La Habana, 1944), contienen el aliento de las revelaciones y la expresión ritual que, desde W. Lam, ha sido uno de los rasgos de identidad del moderno arte cubano.
Como una emanación casi telúrica de su estudio-refugio en Monte Blanco, su obra ha sido siempre voz de la naturaleza atravesada por el tiempo, y sus formas evocaciones primordiales, visualizaciones de un universo metamórfico y transustanciado en el que seres, animales, plantas, objetos, paisajes…, han devenido una totalidad de génesis interdependientes que configuran su incuestionable y personal poética.
Han pasado algo más de ocho años desde que la Galería Artizar iniciara su colaboración con Manuel Mendive, algo más de ocho años que llevamos representando su trabajo al otro lado del Atlántico y algo más de ocho años en los que inevitablemente nos hemos dejado atrapar por los mundos del maestro.
Son muchos los proyectos que se han llevado a cabo en ese tiempo, exposiciones individuales y exposiciones colectivas o ferias han sellado una estrecha colaboración que volvemos a evidenciar con esta nueva muestra, una selección de trabajos que actúa como revisión de todo lo caminado hasta el momento entre artista y galería.
MENDIVE, como título homenaje, es una exposición que cuenta con obras de las décadas de los 80, 90, 2000 y 2010 y que ensalza la figura de éste artista multidiciplinar como lo que es, uno de los maestros de la plástica cubana más relevantes de la actualidad.
En el 2014 se cumplían los 50 años de la longeva carrera artística de Manuel Mendive y con este motivo realizamos la muestra “Pequeñas fugas” que resultó un nuevo éxito y un reclamo para todos los amigos y seguidores tanto de Artizar como del maestro.
En estos tres últimos años la figura de Mendive ha dado un salto, no sólo ha roto sus propios records en el mercado del arte, marcando máximos en las subastas de arte latinoamericano de Christie’s, Sotheby’s y Phillips de Nueva York, sino que ha realizado numerosos proyectos expositivos, instalativos y performances, como por ejemplo la ya habitual intervención para la Bienal de la Habana, en la que desplegó su magia con los bailarines representando sus propios personajes y haciendo de las calles de La Habana vieja un inmenso y tangible lienzo “mendiviano”.
Por supuesto, esta prolífica conexión entre Canarias y Cuba no dejará de proporcionarnos espléndidos proyectos y acercarnos más si cabe a los mundos místicos, naturales y pasionales del maestro del arte cubano Manuel Mendive Hoyo.