ESTHER ELENA PEA
TENERIFE, 1994
Trabajar la idea de naturaleza desde la práctica artística, me permite establecer propuestas visuales, analíticas y críticas, estableciendo conexiones entre conceptos asumidos frecuentemente en nuestra sociedad y mis propias experiencias individuales, con el objetivo de favorecer una imagen más compleja y holística de esta idea.
En términos generales, hoy en día, la naturaleza es percibida por la sociedad occidental como un concepto dual; por un lado, es aquello que funciona al margen de la humanidad, que escapa del control humano, así, los paisajes sin construcciones arquitectónicas -las playas, las montañas o los barrancos- y el resto de seres vivos – los animales y las plantas, al igual que sus desarrollos e interacciones- son percibidos como espacios naturales; mientras, por otra parte, la naturaleza también define todo gesto, actitud, cualidad o predisposición que viene dada o que surge de forma espontánea en cada persona. De esta forma, paradójicamente, la naturaleza es aquello que está fuera de nosotras y a su vez aquello que está dentro de cada una.
Esta percepción me lleva a enfrentarme a la obra de arte a través de dos figuras decimonónicas: la del detective y la del naturalista. Así como por sus formas de proceder, pues ambas investigan y recogen datos del medio en el que se encuentran. De esta manera, mis planteamientos artísticos son abordados desde ‘el trabajo de campo’ -realización de recorridos y derivas en espacios físicos- y ‘los procesos de estudio’ -reflexiones sobre lo que se desarrolla en cada espacio, estableciendo relaciones abstractas entre los diferentes espacios de orden físico, teórico y formal. Al trabajar en relación a espacios concretos, también pienso en las exposiciones. Actuar en base a hechos y espacios concretos, me conduce a realizar exposiciones site-specific.