Quizá, el misterio no es tanto lo que hay al otro lado de esa puerta sino la atracción que produce, como si resistiéramos el encanto de un astro lejano cuya luz cálida bañase todo con esa aureola que produce una sensación de extrañeza, una cosmografía de la alteridad. Somos otro, lo otro tan sólo con traspasar una puerta, esta extraña cancela que es el linde entre el yo enfrentado a un mundo absurdo y sin sentido –el nuestro- y la realidad de ese otro sujeto que construye a través de la luz en oposición a la realidad inabordable. Esta exposición es una mezcla de imágenes románticas frente a la proyección de una forma heroica de ver las cosas, para Serzo el arte lo que puede ofrecer es esperanza. Confía en una naturaleza humana que se pueda expresar a través de la delicadeza y la contundencia, una eterna dualidad que tiene más sentido del que sospechamos en superficie. Así que, vamos a esperar a que invente formas a través de esa relación conceptual para poder entender y vivir esa duplicidad de sentidos. Pero mientras, podemos andar sobre esas nubes y atravesar rompimientos de gloria para pasar hacia el otro lado. Podemos unir todas las experiencias de los espectadores, aglutinarlas sin distinción para imaginar un relato poliédrico, polifónico, volumétrico y levantado en el aire hasta el infinito.
Todo este amasijo experiencial y experimental concebido desde una perspectiva anecdótica, a través de la sucesión de telones y actos, expande el concepto de lo teatral. Serzo abre la puerta/telón para mostrarnos qué hay al otro lado, qué tesoros e ideas se desarrollan a partir de una actitud determinada ante la vida, es decir, ante lo ordinario, proveerse de un sentido más elevado, vivir lo finito desde la infinitud de posibilidades, desde lo fantástico, inventivo, metafísico, imaginario, tentador, exaltado, abismal, inefable… Desde la habilidad de vivir en dos mundos.
La aparente comicidad, la amabilidad de las escenas y el inequívoco sello romántico decimonónico de Escenas y sucesos dentro y fuera de un Teatrorum se convierte en el extracto de la obra de arte total, una odisea del espíritu romántico en contra de la desintegración poética del mundo. Ahondar en lo inexplicable es tarea del arte, en un universo post-rural, post-real…, expuesto a través de los paseos de Blinky entre esos nuevos paisajes y personajes por describir e incorporar al relato.
Dalia de la Rosa