Lo que, directamente, justifica el carácter eminentemente Místico que, anunciado y subyacente en sus trabajos anteriores, eclosiona aquí, cual primigenio “dripping”, en un Caldo Cósmico de luces y sombras; emociones y silencios; ocasos, alboradas y… mucha vida por delante. Un Producto Sublime que ha bebido en las profundas y cada vez más escondidas fuentes que manan del legado de insignes y dilectos gnósticos y metafísicos como: Mark Rothko y Joseph Mallord William Turner; especialmente en su producción más reduccionista y abstracta (cuando faltaba casi un siglo para que se acuñara el término “abstracción” como la más revolucionaria y liberadora vanguardia artística); una etapa postrimera del artista escasamente divulgada en imágenes y, por ende, poco popular entre el gran público, en contraste con lo familiar y estimulante que, tales hallazgos precursores, pueden resultar para un especialista “de brocha fina” o “excelso pincel”, como A. C. I.
Tras la plácida armonía y serenidad, intencionada y provocadoramente tardo-romántica, de sus primeras obras (Galería Stunt; La Laguna; 2013) y sus proto-místicos paisajes –marítimos y terrestres-, resueltos en dos franjas de color, en los que se aprecia un claro y resuelto desplazamiento de su barroquismo primigenio hacia soluciones más reduccionistas, próximas al minimalismo (“Horizontes”; Galería Artizar/2017), Alejandro Correa irrumpe al fin, con pleno rendimiento, óptimo dominio de sus facultades y súbitamente (para un espectador que, como yo, no había visto más obras suyas desde “Horizontes”) en los grandes formatos; con una colección de grandes lienzos, portadores de palpitantes, vertiginosas, hipnóticas y macro-cósmicas (¿o serán micro-cósmicas?) atmósferas siderales, técnicamente resueltas con la meticulosidad, dominio y precisión que le son características; pero inmersas aquí, en una profunda espiritualidad que, durante algunas semanas, emanarán, cual metafísicos efluvios, de la Galería Artizar; frente a una iglesia calcinada que mantiene y prolonga el categórico carácter Romántico que, siempre –espero-, acompañarán a este potencial gran futuro artista Canario –que para muchos de nosotros, ya lo es- Alejandro Correa Izquierdo.
ERNESTO VALCÁRCEL MANESCAU
En la Orotava; a 24 de Enero de 2019.